
HISTORIA DEL CUCHILLO El cuchillo, como elemento de corte, es reconocido desde el principio de los tiempos. Seguramente es uno de los primero utensilios utilizados por el hombre. Desde aquellos primeros trozos de silex, afilados por la simple casualidad del azar, al lanzar grandes trozos contra el suelo o machacarlos con otras piedras, para obtener trozos de finas aristas que sirvieran para el corte. Pero la historia de estos instrumentos, de gran utilidad, está muy ligada a la aparición del hierro, y muchos siglos después, a la del acero, tan utilizado en la actualidad para miles de usos, entre otros, para fabricar el resto de cubiertos que acompañan al cuchillo: tenedor, cuchara, etc. los primeros utensilios de hierro descubiertos por los arqueólogos en Egipto datan del año 3.000 a.C los griegos ya conocían hacia el 1.000 a.C. la técnica, de cierta complejidad, para endurecer armas de hierro mediante tratamiento térmico. Las primeras evoluciones del cuchillo empezó a tener una punta más redondeada y menos puntiaguda. Los grandes avances de la investigación y la industria han traído consigo nuevos materiales, y su aplicación al ámbito doméstico, como los elementos cerámicos. Se pueden encontrar cuchillos con un filo cerámico que cortan de forma perfecta los alimentos. También la industria ha creado cuchillos con diferentes tipos de filo para dar solución al corte de diferentes tipos de alimentos. No es lo mismo cortar un trozo de pan con un cuchillo de sierra que liso, o un trozo de queso, o una verdura o un trozo de pescado o carne. Cada cuchillo tiene su propia utilidad en la cocina y en la mesa. HISTORIA DE LA CUCHARA De orígenes poco precisos, el término cuchara proviene del latín "cochleare", y podemos decir que es uno de los instrumentos más antiguos de los que se ha valido la humanidad tanto para comer, como para servir, aunque en un principio contase con formas muy dispares. Para encontrar algún vestigio de utensilios fabricados por el hombre, nos tenemos que remontar al Neolítico, según afirman los expertos, donde las comunidades asentadas en medios rurales, que vivían de la ganadería y la agricultura, elaboraban ya utensilios que les servían para cocinar, para llevarse líquidos a la boca o trasvasarlos, etc. Muchos de los útiles, considerados como cucharas, no tenían una función expresa para la alimentación, sino que eran utilizadas para diversas actividades médicas, productivas o ceremoniales. Unos tres mil años antes de Cristo, en el rico eje Mesopotamia - Siria - Egipto, se producían estupendas cucharas, con mangos tallados y otros adornos de fantasía, logrando una gran variedad de modelos y formas. La cuchara se empleaba rara vez. Con las carnes y salsas, la costumbre era que cada cual tomase la pieza de carne que le apeteciese de la fuente y la mojase en la salsera común, para a continuación llevársela con los dedos a la boca. HISTORIA DEL TENEDOR Aunque los orígenes parece que no están demasiado claros, la mayor parte de los documentos consultados coinciden en que el tenedor, puede tener su origen en el siglo XI, como un pincho, de un solo diente (aunque hay quienes afirman que podría haber sido de dos), que mandó fabricar una Princesa Bizantina llamada Teodora, hija del Emperador de Bizancio, Constantino Ducas. Este utensilio, fue fabricado para poder llevarse los alimentos a la boca, sin necesidad de tener que utilizar las manos. Cuentan, algunos autores, que este "pincho" fue fabricado en oro puro. Pero sus comienzos no fueron fáciles. Este nuevo instrumento, proveniente de Constantinopla, sufrió un rechazo generalizado, por diversos tipos de razones, aunque la principal fue por la falta de pericia de quienes lo utilizaban. Llego a denominarse "instrumento diabólico" por San Pedro de Damián, quien consideraba demasiado refinada la utilización del tenedor en las comidas. La primera industria que comenzó a fabricar estos nuevos utensilios en España, se ubicó en Barcelona, a principios del siglo XIX.